vi fortunas, para comprender que el libro de M. Héraud ha de tener en España la misma favorable acogida que en Francia, y tal vez más si se tiene en cuenta que es el complemento necesario de dos obras que se hallan en manos de todos los estudiantes, los Elementos 4e Botánica, del señor Orio, y el Tratado de recom cimiento de plantas, del Sr. Puerta, tan á propósito para familiarizar á los alumnos con el estudio de los séres vegetales. En nuestro deseo de ser útiles hemos adicionado esta obra con los principales nombres vulgares de las plantas medicinales que crecen en España y con la indicación general de la región donde viven, sacando estos datos de los libros modernos sobre la Flora española que gozan de más prcstigioT como son los escritos de Willkomm, Amo, Cutanda, Graells, Costa, Planellas, Boissier, Laguna y algún otro (1). Advertimos, por último, que van descritas las plantas por orden alfabético de sus nombres vulgares españoles y que hemos elegido el más usual en aquellas especies que han recibido vários; pero nos hemos separado de esta regla en otras que son más conocidas actualmente por denominaciones casi iguales á la científica; así encontrarán nuestros lectores, bajo los nombres de acónito, árnica, digital, cinoglosa, etc., la descripción y usos de plantas cuyos nombres vulgares españoles son matalobos de flor azul, tabaco de montaña, dedalera, lengua de perro, etc., y otros que se pueden ver en la lista adicionada á este libro. (1) Habíamos creído poder hacer dicha lista con un trabajo del Director del Jardín Botánico, Sr. D. Miguel Colmeiro, publicado en 1871 bajo e! título de Diccionario de los nombres vulqaret de plantas, pero pronto notamos que no nos servia por ser uno de tantos índices sin orijiinalidad ni perfeccionamiento alguno como ha dado á luz dicho señor No está indicada, en erecto, la patria de las especies vegetales, no es posible saber los nombres vulgares de una misma planta bino leyendo desde la primet'a página hasta la última, y faltan además mu